Seguramente conoces a personas que manejan perfectamente su trabajo, dedican mucho tiempo a su familia, llevan una vida social activa, practican algún deporte y hasta pueden realizar un ‘hobby’… No son seres privilegiados pues, como tú, ellos también tienen 24 horas diarias. ¿Cómo lo hacen? Simplemente saben cómo optimizar el tiempo.
A continuación, siete reglas de oro para optimizar el tiempo.
- Planea con anticipación. La improvisación no te ayudará a cumplir tus metas. Usa una agenda y planifica tus actividades laborales, tu tiempo libre, etc. Recuerda dejar un espacio para los imprevistos.
- Prioriza las tareas. Resulta muy práctico organizarlas por grado de urgencia, de dificultad o de afinidad, y agruparlas.
- No te exijas demasiado. Si bien ser exigente y perfeccionista es una cualidad, hay ocasiones en las que te quita valioso tiempo. A cada proyecto debes asignarle un plazo considerable.
- Aprende a decir “no”. No es necesario desgastarte por cumplir compromisos extras. Es un error hacerlo por el simple hecho de querer quedar bien con personas ajenas a tus proyectos.
- Comparte responsabilidades. Reconoce que no es posible hacer todo en la vida y empieza a buscar apoyo y a confiar en quienes te ofrecen su ayuda. Ya verás el peso de encima que te estás quitando.
- Evita distracciones. No te distraigas en cosas que puedes realizar en otro momento o que no son tan importantes: coordinar reuniones para tratar temas que pueden tratarse por otras vías como el e-mail o el teléfono, la impuntualidad, no delegar, las redes sociales, conversaciones banales, largas consultas en Internet…
- Mantén el orden. ¿Sientes que cuando un espacio está ordenado todo fluye mejor? ¡Es porque es así! Despeja el escritorio de papeles y objetos innecesarios que pueden desconcentrarte, ten a mano los documentos importantes y cada vez que saques algo, devuélvelo a su lugar.